domingo, 19 de octubre de 2008

El docente y la educación artística







El Dibujo Infantil.
Metodología de la enseñanza del dibujo.
Ernesto Fabregat.
Introducción:
Educar, es favorecer el desarrollo de los valores personales. El educador no
debe influir para nada en el niño, sino respetar los valores personales de éste.
Cuando pinta un niño es capaz de dar forma concreta a sus emociones, de entrar
en contacto con el mundo, este puede ser un medio educativo si se le pone en
condiciones determinadas. El padre y el maestro tienen que respetar las
creaciones del niño; una incomprensión, un desprecio, pueden ser fatales y
ocasionar graves perturbaciones en el tierno infante.
Educar no es influir, pero tampoco es dejar de hacer, es obrar. Al niño, la
creación artística se le presenta como el fin de su contacto con el adulto; pero para
éste ha de ser ante todo un medio, un medio educativo.
Consecuencia de la necesidad natural de expresión es la práctica del arte.
La expresión libre y espontánea de sus primeros días evolucionará en el niño
hacia una forma voluntaria y reflexiva.
La práctica del arte permite al niño adquirir confianza de sus posibilidades
acerca de este medio de expresión; y como medio de expresión personal (en el
niño) requiere de máximo respeto por parte del educador.
La enseñanza prematura de la técnica, la copia de modelos expone a la
niñez a perder este medio de expresión tan útil a ella. Es en el dibujo y por el
dibujo que aparecen en el niño los primeros impulsos creadores. Este espíritu
creador es el que libera al niño de los complejos de inferioridad tan perjudiciales a
la infancia.
La educación artística
En la "Clase de dibujo", el maestro procuraba atiborrar al niño con una serie
de "nociones técnicas..."; mientras que en la "Educación artística" se procura que
el niño se manifieste espontáneamente. No es pues una enseñanza dada por el
adulto al niño, pero si el despertar de facultades que están en este último en
estado latente (por este medio se satisface en él la necesidad de dar expansión a
uno de sus dos medios de expresión, el dibujo).
Hay que educar al niño por el arte, pero no equivocarse: EL ARTE NO
DEBE ENTRAR EN EL NIÑO, DEBE SALIR DE ÉL. No es por la contemplación de
las obras maestras del arte que debemos realizar "la educación artística", sino por
las "creaciones libres" del niño en condiciones propicias.
La eficacia de un método no estriba en el número de conocimientos que
imparte, sino en los resultados que de él derivan.
Page 2
La creación artística del niño no sólo puede servir como medio de
expresión, sino también:
a) El dibujo y la pintura pueden servir como medios de investigación como el test
(Test de F.L. Goodenough, Test de Orestes Sneroll...)
b) En el psicoanálisis, el dibujo es un medio de contacto entre el paciente y el
examinador. Tiene un valor funcional, reemplaza transitoriamente al lenguaje
hablado...
c) La creación artística puede ser un medio de curación en sí...
El mundo plástico del niño
...el "mundo plástico" del niño es distinto al del adulto. A cada ciclo corresponde, en el niño,
un "mundo plástico" diferente. El "mundo plástico" de cada niño es propio y peculiar de él, es
constitutivo de su personalidad.
El educador debe saber leer en un "cuadro"; debe conocer sus diversos elementos y no
equivocarse, no debe confundir una flor con un árbol, una casa con un barco. Debe conocer los
diversos elementos, más no debe interpretar el cuadro. En esto se distingue del psicoanalista y del
grafólogo. El oficio del educador y el de éstos son en cierto modo, complementarios. Gracias al
educador "nace el cuadro" pero si éste es un "mundo explorable", no es él, el explorador.
Algunos maestros creen, reaccionando contra los métodos antiguos que basta
proporcionar material al niño y decirle: "Haz lo que quieras". El niño crea muy difícilmente solo;
tiene necesidad del ambiente del grupo o del taller y sobre todo de la presencia de un maestro que
lo ame, lo comprenda y lo anime. Por preguntas más que por consejos, animando y no criticando,
respetando y no imponiéndose, el maestro desempeña ante sus alumnos el papel de confidente,
guía y consejero técnico.
El educador es quien hace "nacer el cuadro" y no obstante no debe influir o sugestionar al
niño. Su presencia es indispensable, pero debe ser lo que el niño espera de ella.
El "mundo infantil" se nos manifestará, cada vez más, a medida que practiquemos la
educación artística. Reconoceremos pronto el estilo peculiar de cada niño, e igualmente sabremos
apreciar toda ingerencia extraña, como modelos, sugerencias, influjo del adulto... en las auténticas
creaciones infantiles.
El niño acostumbrado a la copia pierde poco a poco su espíritu creador.
El niño se deja influenciar por el ambiente, por los demás compañeros...; pero que un niño
influya sobre otro la cosa no perjudica, más que el educador lo haga, sí.
El educador no debe influir más que indirectamente en las creaciones infantiles. Ejemplo: el
niño dibuja una casa sin puerta. Después de varios contactos entre educador y educando y cuando
éste ha cobrado ya plena confianza en aquel; el educador puede preguntarle: "¿Cómo se entra a tu
casa?", y deja al niño resolver su problema. Si el niño agrega la puerta, No es un detalle más que
añade a su dibujo, sino un conocimiento más que adquiere, el conocimiento del "espacio vacío". Si
el niño no dibuja la puerta, es que este proceso no se llevó a cabo. Claro que nada ganaríamos
con que el niño dibujara la puerta como un elemento más en su dibujo sin ese proceso mental.
Es de toda evidencia que si el niño, en sus primeros dibujos, "saca" de sí mismo lo que
representa, lo que "saca" debe antes haberle "entrado". El niño que pinta se hace observador para
poder pintar y así resolver "los problemas" que la pintura le plantea.
La función del educador es fundamental, pues a él corresponde el despertar de la
imaginación del niño mediante sus preguntas, el librarlo de sus prejuicios y de su timidez, de
protegerlo contra los otros y el enseñarle a superarse por sí mismo.
En la "educación artística" no debe haber notas, premios, clasificaciones, puntos y sobre
todo concursos; pues la evolución de cada niño es distinta y libre, y con ello presionaríamos a los
no favorecidos a "copiar" de los agraciados.
Page 3
El educador
El educador no es necesario sea un artista, y tampoco que haya recibido una cultura
artística. El artista puede apreciar el arte infantil; pero, por regla general, será un mal educador,
pues obsesionado por la estética tratará de inculcarla a sus alumnos. Su arte, su experiencia,
pueden aprovecharse y ser útiles a jóvenes, mas no a los niños. LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA ES
DEL DOMINIO DE LA PEDAGOGIA, NO DE LA ESTÉTICA.
Lo que interesa no es el "saber" del educador, sino su "actuación", ese adaptarse en todo
momento al nivel del niño. Debe inspirar confianza al educando, ya que éste debe encontrarse en
su ambiente y no cohibido.
El educador debe ser al mismo tiempo el consejero técnico... El niño debe ver en su
educador, al amigo, que busca su bien y que no pretende imponérsele.
Referencia Bibliográfica.
Ernesto Fabregat
El Dibujo Infantil
Ed. Fernández Editores, México 1969.
Comentario personal:
La educación artística es un asunto tan serio como lúdico, para el niño es la cosa más seria del mundo, pero también es juego, es toda la imaginación, la creación en plenitud.
Es muy triste que por nuestras ideas el niño vea interrumpida su gran capacidad de imaginación. Los maestros calificamos, le decimos que tienen que dibujar, compramos libros para iluminar.
¡Que viva la creatividad infantil! Hay que estimularla.
Agradezco tus comentarios.