No todos los niños aprenden de la misma forma, a muchos les toma más tiempo y esfuerzo, lo importante es que no pierdan las ganas de aprender.
Todos los niños sanos tienen la capacidad de aprender, y de hecho lo hacen, desde el primer momento de su existencia. Pero para que desarrollen esta asombrosa capacidad, necesitan de afecto y cuidados que, de manera conjunta, den las facilidades o amplificaciones del desarrollo intelectual del niño. De esta manera, se puede comprobar que todos los niños aprenden de manera acelerada, y porque no decirlo, mágica. El potencial de aprendizaje bien estímulado produce en los niños una madurez acorde a su desarrollo fisico, manifestado en actitudes cada vez más autónomas, inteligentes y curiosas.
Pero no a todos los niños se les proporcionan las ayudas necesarias para poder obtener el éxito deseado, por lo que, existen niños que aprenden con mucho más dificultades, es decir, se les presentan obstáculos que continuamente los hacen tropezar, o simplemente, les producen atrasos (o como comúnmente se dice: retraso). Este problema se ve más acentuado o mejor percibido en la etapa escolar, porque es en esta fase donde los niños necesitan más refuerzos, que al no recibirlos sufren una desmotivación: todos los niños en la etapa escolar, independientemente de sus calificaciones deben ser correctamente estímulados, de lo contrario, nos estaremos enfrentando de manera más frecuente, a problemas de fustraciones y angustia, que son sintomas no de una falta de capacidad sino de una perdida de estímulo por el aprendizaje.
El problema del fracaso escolar es un reto para la pedagogía: se necesitan profesionales que promuevan el aprendizaje significativo, realmente comprometidos con la capacidad de reflexión de los niños.
Willson en 1992 define la escuela de calidad como "aquella que es capaz de atender la diversidad": no hay fracaso escolar sino una falta de atención en la forma de estímular el aprendizaje. No todos los niños aprenden de la misma manera, pero todos tienen la capacidad de aprender. El reto es el acercarnos a cada niño dentro de su propio contexto para motivarlo al conocimiento del mundo, y de sí mismo.
